Yo no recuerdo el tiempo que transcurrió allá arriba, en el Puig. Hacía frío y mucho viento y, tratando de resguardarnos, yo permanecía a la escucha:
-“Soy RAFAEL el que ahora se comunica. Sanad, sanad invocándome, como Manifestación Divina que Soy.
Sanad a cuantos hermanos vengan a vuestras vidas con una mirada, un gesto o incluso un silencio bienintencionado.
Ellos sanarán y romperán el eslabón de la cadena que aún los mantiene sujetos en sucesivas encarnaciones.
Hacedlo con la intención limpia y firme de que el YO SOY actúa a través de vosotros.
Vuestros hermanos sanarán y podrán ascender, aunque algunos aún no comprendan lo que les sucede.
Este es el MENSAJE, ya descubierto del velo que lo cubría.
Amad, sonreíd, servid, ayudad, sed amables y generosos; dadlo todo sin esperar nada, pues nada os pertenece y nada tenéis, aún teniéndolo todo.
Creed, más sin fe, sino con pruebas que vuestros ojos y demás sentidos van a reconocer.
Os hemos convocado aquí, en el Puig Campana, donde la comunicación es más pura y libre de interrupciones pero NUESTRA ENERGÍA no sólo está aquí sino que visita vuestras casas y vuestros lugares de trabajo.
Reuniros e invocadnos. Estaremos llevándoos la FUERZA y la SANACIÓN que cada uno necesite en ese instante.
EL CONTACTO YA ESTÁ HECHO Y EL MENSAJE TRANSMITIDO.
Dilo así a los hermanos. Cuando esto sea leído, las almas reconocerán su origen y sus velos caerán.
ESTE MENSAJE LLEVA OTRO EN SU INTERIOR para todo aquél que lo reciba con el corazón abierto y anhelante de Luz Divina -que no hay otra- y Nosotros, sus Mensajeros, os lo transmitimos.
Creed, más creed y comprobad. Estas son Nuestras Palabras.
Y ESTÁ HECHO, HECHO ESTÁ Y HECHO ESTÁ en Nombre del TODO PODEROSO , Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Nosotros, LOS EMISARIOS.
PD- Y durante todo el tiempo que duró la canalización, estuvieron sonando las campanas de los pueblos de alrededor.